Hace cuatro años, la pandemia del COVID llevó a la ex modelo de Playboy y estrella de Baywatch, Pamela Anderson a abandonar el bullicioso estilo de vida de la ciudad que tenía en Los Ángeles (Estados Unidos). Su destino: una granja que compró hace tres décadas, ubicada en su natal Canadá.
Desde entonces, dio un giro radical para embarcarse en una vida más sencilla, espiritual y conectada con la naturaleza que reveló en una reciente entrevista.
“Compré este lugar hace más de 30 años a mi abuela, y ella vivió aquí toda su vida, para poder repartir su riqueza entre sus hijos”, explicó durante una conversación con CR Fashion Book. “Luego me dediqué a vivir mi vida salvaje en Los Ángeles y por todas partes. Finalmente volví durante el COVID y pensé: ‘Oh, éste es el momento’”.
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El pueblo canadiense de Ladysmith, en la Columbia Británica, se convirtió en el refugio de la estrella, quien también ha dedicado tiempo a renovar y revitalizar su granja. La actriz de 56 años también reveló los motivos detrás de esta osada decisión que cambiaría su vida, describiéndola como primitiva.
Anderson, quien creció en Canadá, deseaba regresar a sus raíces. “Siempre planeé volver a casa para renovar este lugar. Y es divertido”, continuó. “Hay muchos recuerdos… Es como volver a casa. Estaba muy unida a mi abuelo y su energía me rodea. Me enseñó cómo le hablaban los árboles. Es muy mitológico, muy primitivo”.
El paso del glamour de Hollywood y ser un ícono erótico del modelaje y la actuación al mundo rural y la defensa de un estilo de vida más sencillo no ha sido un camino fácil para la protagonista de Barb Wire, pero ha sido una transición que ha abrazado con valentía. Tras varios esfuerzos por deshacerse de su imagen de modelo, Pamela aseguró que esa sensación “nunca se acaba. Sigues sintiendo los sentimientos y dejándolos ir. Se va desenredando”.
Un ejemplo claro de este esfuerzo fue su decisión de aparecer sin maquillaje en la Semana de la Moda de París, en octubre del año pasado, un acto que sorprendió a muchos pero que, según ella, fue un paso hacia la liberación de los estereotipos de belleza impuestos.
“La gente me preguntó mucho por ello”, dijo. “Y pienso, bueno, lo estaba haciendo por mí. ¿Puedo salir por la puerta así? Estoy bien como estoy. Y simplemente no quería entrar en todo el glamour y estar en esa onda. Sólo quiero darle la vuelta al guión, quiero desafiar a la belleza”.
“Pero mis agentes e incluso mis hijos me decían: ‘Mamá, no puedes, ¡necesitas el equipo glam! Y yo les decía: ‘No, ¿de qué están hablando? El hecho de que me digan eso me da más ganas de hacerlo”, agregó.